martes, 12 de abril de 2011

DEPRESION Y COLUMNA

Es normal que en alguna etapa de la vida se experimenten períodos de tristeza, estados melancólicos o depresiones, estados de ánimo que varían acorde a la personalidad de cada individuo y la manera de como enfrenta los problemas cotidianos.

En ocasiones es el mismo individuo quien se encierra en su propia celda psicológica tratando de negar estos sentimientos, trata de no reconocer su afección, de disculparla, minimizarla o justificarla ante la familia aludiendo a cansancio laboral o algún disgusto circunstancial, otros pueden admitir sus angustias y deciden dar batalla emprendiendo un adecuado tratamiento en pos de reflotar su ánimo.

La cuestión es que la mayoría de los pacientes refieren síntomas similares como:
Bajo grado de autoestima, pensamientos permanentes de enfermedad o muerte, disminución de la capacidad para obtener placer y mayor irritabilidad.

También es común que coman excesivamente con aumento del peso, acompañado de un sentimiento de culpa, alejandose de las actividades deportivas o sociales aunque siguen cumpliendo con sus obligaciones tanto en su casa como en el trabajo.

En ocasiones el mutismo hace más difícil la comunicación con el enfermo, aparecen llantos e ideas de que la felicidad nunca más llegará a su vida, hay pérdida de la concentración la memoria y el interés sexual, el insomnio o hipersomnio, el desamparo, la fatiga, malestares físicos, la angustia, el estreñimiento y trastornos del humor son otras manifestaciones que caracterizan a la afección.

Más de 350 millones de personas sufren de depresión en el mundo y que implican un gasto de más de 40.000 millones de dólares anuales, siendo la mayor causa de ausentismo laboral, también se ha establecido que la mitad de los sufrientes pacientes no siguen ningún tratamiento con un alto riesgo de suicidio.

Para muchos médicos la depresión no es solo anímica sino, química; sucede que nuestro cerebro emite ciertas sustancias, que cuando faltan o sobran producen diversas alteraciones del carácter, algunas terapias se basan en compensar estas sustancias, devolviendo al paciente a su normalidad, existen cerca de veinte químicos distintos siendo los más importantes la serotonina, la dopamina y la noradrenalina.

Toda depresión implica tensión y ese estrés repercute negativamente y de mil maneras sobre nuestro cuerpo, siendo nuestra columna vertebral uno de los órganos de descarga, esto se traduce en dolores cervicales y lumbares espasmos musculares y lesiones neuríticas, es fácil encontrar afecciones articulares cuando hay estados nerviosos previos, lo que predisponen aún más si existe un terreno predispuesto.

Como solución a estos problemas las opciones son muchas pero la combinación de distintas terapias realizadas por un equipo interdisciplinario son las más adecuadas, se deberá investigar exhaustivamente al paciente psicológica y químicamente por supuesto esto será de resorte del médico y acá el paciente podrá optar entre un psiquiatra biológico o uno ortodoxo, luego el psicoanálisis hará que el individuo llegue a interpretar los motivos que lo llevaron a esa situación, respecto a los dolores articulares hay que entender que una vez que los estados depresivos han lesionado algunas estructuras, hay que solucionarlas, de nada vale solo tratar la psiquis del paciente cuando los dolores se han instalado, para ello las manipulaciones, los masajes, rayo láser de alta potencia y otras armas pueden curar o al menos aliviar al individuo, recuerde que cuando se sienta enfermo de pesar, cuando no encuentre salidas, cuando la melancolía, la angustia y la decepción se instale silenciosamente, tenga en cuenta que la medicina no descansa y sigue investigando para ayudarlo y solo se le pide una pizca de voluntad, esa pequeña punta que puede representar la puerta a una vida mejor.

Fuente: Página Web de Dr. Furman.

Comentario del artículo

Este interesante artículo expuesto por una autoridad como es el Dr. Furman se puede concatenar con otros comentarios referidos a la influencia de la mente en la performance competitiva del maratonista de 42 Km.

Es sólo el entrenamiento físico lo que vale a la hora de competir? O, también las circunstancias psiquiatricas o psicologicas que envuelven al individuo? .

Un pobre entrenamiento físico no necesariamente conduce al atleta a un fracaso competitivo, si este desarrolla la competición en un marco donde los siguientes factores le son favorables:

1. Alta autoestima
2. Pensamientos positivos ganadores
3. Minimización de la influencia de factores que lleven a la depresión , angustias, etc.

Por ello una recomendación importante para el último mes de entrenamiento es pulir la incidencia de este factor mental para cumplimentar los puntos mencionados, que además del entrenamiento físico y la experiencia o base de maratones anteriores, que lo llevará al atleta a un seguro exito competitivo, por supuesto hablando de atletas no profesionales.

Miguel Ancarola

lunes, 11 de abril de 2011

UN CUERPO BIEN EQUILIBRADO

Probablemente todo el mundo sueña con tener una figura fantastica y nadie quiere cargar con un solo gramo de grasa. Esto es un error, pues la grasa corporal es importante y saludable, naturalmente en la proporción adecuada.

A continuación se explican los métodos para medirla.

Para calcular el índice de masa corporal (IMC) naturalmente uno debe prestar atención al peso, pero de una forma razonable y con conocimiento de causa. Un instrumento de medición es el IMC que nos informa de si tenemos sobrepeso, un peso bajo o un peso adecuado.

Primero se multiplica la altura en metros por sí misma es decir, por ejemplo 1,75 x 1,75 el resultado es 3,06. Luego se divide el peso por este número.

Tomando el resultado de la ecuación anterior, por debajo de 20 es peso bajo, entre 20 y 25 peso normal, entre 25 y 27,5 ligero sobrepeso, entre 27,5 y 30 sobrepeso moderado, entre 30 y 35 claro sobrepeso, entre 35 y 40 marcado sobrepeso y més de 40 grave sobrepeso.

Atención: Con una musculatura bien entrenada, se puede alcanzar un IMC alto sin tener sobrepeso, ya que los músculos son más pesados que la grasa. La medida de grasa corporal ideal depende de la edad. Para las mujeres de menos de 30 años, un contenido de grasa corporal de bueno a medio se sitúa más o menos entre el 22 y 25% y para los hombres entre el 15 y 20%. Con el aumento de la edad puede crecer un poco el porcentaje de grasa.

Fuente: "Fitness esencial" Jennifer Wade y Dr. med. Gudrun Starringer