domingo, 29 de mayo de 2011

El ejercicio y la salud mental

runners.es 20/05/2011


Si estais acostumbrados a correr con regularidad durante todo el año, y al descansar varios días, seguramente habreis notado que os encontreis mas irritables o deprimidos. No os quepa duda que es por esa falta de ejercicio


Las personas que hacen ejercicio físico habitualmente comienzan a sentirse deprimidas y fatigadas una semana después de inactividad forzada, segun un estudio. Los participantes del estudio que estaban en mejor forma experimentaron la mayor pérdida de estado físico al dejar de hacer ejercicio y también mostraron los síntomas anímicos más negativo

También se señaló que no se está segura de que los resultados sean los mismos en las personas que no ejercitan con regularidad.

Si bien las personas sedentarias son más propensas a estar deprimidas, una gran cantidad de estudios sugieren que los síntomas de la depresión, como la fatiga, la tensión y la irritabilidad, pueden aparecer en una persona en forma que deja de hacer ejercicio.

Para aclarar cómo puede afectar el ánimo la suspensión de la actividad física, los investigadores estudiaron a 40 hombres y mujeres que ejercitaban de manera regular durante 30 minutos, al menos tres veces por semana.

A la mitad se le pidió que dejara de hacer ejercicio durante dos semanas, mientras que al resto se le indicó seguir con su rutina.

A la primera y segunda semanas, los especialistas evaluaron en los participantes los síntomas somáticos (corporales) de la depresión, como la fatiga, la falta de apetito, los problemas para dormir y la escasez de energía.

En tanto, también tuvieron en cuenta los síntomas mentales, como la irritabilidad, la tristeza y una elevada autocrítica.

Tras la primera semana, los investigadores hallaron que los participantes que habían suspendido la actividad física sintieron más fatiga y otros síntomas somáticos que los que la habían continuado con el ejercicio.

A la segunda semana, quienes se habían mantenido temporalmente inactivos también manifestaron más síntomas mentales. Mientras que no se registró una pérdida de aptitud física estadísticamente significativa, los autores hallaron que los participantes en mejor estado, según su VO2max(un indicador de la capacidad del cuerpo para aprovechar el oxígeno), sufrieron la mayor pérdida de condición física.

En tanto, quienes mostraron la mayor pérdida de aptitud física fueron quienes padecieron la mayor alteración anímica.

Los investigadores sostienen la teoría de que el ejercicio ayuda a mantener el estado de ánimo al modificar el equilibrio del sistema nervioso del cuerpo, del simpático, que dispara la "respuesta pelear o huir", al sistema parasimpático, que calma al cuerpo.

EJERCICIO FÍSICO Y ENDORFINAS

El ejercicio físico proporciona una subida endorfínica. Todo el mundo ha experimentado alguna vez esa sensación de ir como “flotando”, de ir “colocado” cuando se ha realizado un ejercicio superior a lo normal. El deportista necesita su dosis de endorfinas diaria, está “enganchado”. Si adquirimos el hábito de hacer deporte, el cuerpo nos pedirá hacer deporte. Echaremos en falta el ejercicio físico cuando dejemos de practicarlo.

Por todo ello, por la subida de endorfinas que produce, el deporte es muy aconsejable en todas aquellas enfermedades relacionadas con la “psiqui” (ej. el distrés, la ansiedad, la depresión, la patología psicosomática...), en la patología orgánica crónica, en el cáncer y para combatir todos los factores de riesgo potencialmente inductores de enfermedad. Ejercicio crónico y salud mental




El estado de forma física está relacionado positivamente con la salud mental y el bienestar.
El ejercicio físico está relacionado con la reducción de emociones vinculadas al estrés, como el estado de ansiedad.
La ansiedad y la depresión son síntomas habituales de fracaso en el afrontamiento del estrés mental, y al ejercicio físico se le ha relacionado con una disminución del nivel - de suave a moderado - de la depresión y la ansiedad.
Por lo general, el ejercicio físico a largo plazo está relacionado con reducciones en rasgos como el neuroticismo y la ansiedad.
Por lo general, la depresión grave requiere tratamiento profesional, lo que puede incluir medicación, terapia electroconvulsiva y/o psicoterapia, con los ejercicios físicos como elemento complementario.
Los ejercicios físicos apropiados se traducen en reducciones en diversos índices de estrés, como la tensión neuromuscular, el ritmo cardíaco en reposo y algunas hormonas relacionadas con el estrés.
La actual opinión clínica sostiene que el ejercicio físico tiene efectos emocionales beneficiosos en todas las edades y géneros.
Las personas físicamente sanas que necesitan medicación psicotrópica pueden hacer ejercicios sin ningún temor si los realizan bajo estrecha supervisión médica.

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