viernes, 17 de febrero de 2012

ESTRATEGIA DE CARRERA

Una cuestión es imaginar nuestro comportamiento en carrera y otra muy distinta es llevarlo a la práctica. Durante los largos entrenamientos ha habido tiempo suficiente para pensar en todo tipo de estrategias. Después de estudiar los pros y los contras de cada una nos decantaremos por la que consideremos más adecuada en cada caso, es decir elegiremos varias estrategias, cada una en función de un condicionante externo. Llegado el momento de la competición nos decantaremos por una de las elegidas, esa será la definitiva. Ponerla en práctica supone emplear diferentes tácticas, en función de los problemas e imprevistos con los que nos vamos encontrando. La estrategia de carrera debe planificarse desde los entrenamientos para lograr un excelente rendimiento y obtener los objetivos esperados. Realizar trayectos de fondo y simular situaciones de competencia es una buena idea si ya se ha obtenido una buena resistencia en los entrenamientos.

Elegir una buena táctica nos permitirá sacar lo mejor de nosotros de la situación real de carrera. Equivocarse con la táctica nos traerá problemas, por eso es tan importante mantener la concentración durante toda la competición y corregir en lo posible los desaciertos.

Es preferible correr la primera parte del maratón a un ritmo ligeramente más lento de lo previsto, a fin de conservar las reservas de hidratos de carbono. Más tarde cuando haya que iniciar o responder al aumento de ritmo se dispondrá de la reserva adecuada de hidratos de carbono que puede proporcionar la energía necesaria tanto para el aumento de ritmo como para el empuje final. He aquí la idea de división negativa de un maratón: correr la segunda parte de éste en un tiempo más reducido que la primera. Esto ocurre pocas veces, por tres razones: en primer lugar, existen muy pocos maratones que se lleven a cabo bajo las que denominamos “condiciones de laboratorio” , es decir, una carrera en terreno plano, volviendo al lugar de salida, con un mínimo viento, una temperatura que no experimente cambios, en que se hallen registradas las divisiones de tiempo que permitan un análisis sobre la marcha y una vez finalizada la prueba.

En segundo lugar resulta muy difícil para los corredores ser lo suficientemente pacientes para mantener al principio un ritmo que les parezca dentro de los límites de comodidad, siempre surge la tentación de acelerar el paso. Nunca se olvida el suplicio de la segunda parte del maratón que se corrió anteriormente y uno está al borde de cometer de nuevo el mismo error. En tercer lugar, es probable que el ritmo del umbral ventilatorio disminuya en la última parte de la carrera. La tendencia hacia la deshidratación reduce el volumen de sangre, y con ello disminuye la perfusión en los músculos del aparato motor ( en pocas palabras es más difícil mover los músculos ya que se encuentran doloridos) A fin de evitar esto se disminuye el ritmo de la carrera.

A fin de estar alertas sobre lo que ocurre durante una carrera de maratón debemos ten en cuenta dos importantes puntos psicofisiológicos. Uno de ellos es la generación de la fatiga, que tiende a hacer disminuir el ritmo . Con el maratón ocurre lo contrario que con otras carreras que se caracterizan por un marcado incremento en el ritmo hacia el final. A fin de que no tenga un efecto negativo dicha disminución de ritmo, el corredor debe optimizar la media de ritmo de carrera, lo cual significa apartarse lo menos posible del ritmo medio que se prevé par el final. Existen más probabilidades de que el ritmo rápido al comienzo debilita más que el ritmo lento, si iniciamos la prueba con lentitud probablemente la finalizaremos a una velocidad mayor.

La segunda consideración psicológica se refiere al aumento de la conciencia del esfuerzo y la idea de alargamiento del tiempo que se da a medida que el cuerpo se fatiga. Con ello, la proporción tiempo: distancia, se distorsiona hasta el punto que puede parecer que se necesita más tiempo

En la preparación de la maratón específicamente, podemos incluir otras pruebas el deportista enfrenta el reto de autoconocerse, de desarrollar su resistencia física y de preparar la exigencia mental para enfrentar con éxito el desafío de la prueba. El entrenamiento brinda al corredor su autoconocimiento y de prepararse para enfrentar con éxito una de las pruebas mas exigentes.

La etapa de entrenamiento y preparación para la competencia es donde el corredor definirá las herramientas para afrontar los obstáculos de la prueba. El cansancio, molestias musculares, y la fortaleza del pensamiento son algunas de las cosas que el competidor deberá poner a prueba en la competencia.

Fuente: Blog de la Profesora y maratonista Marcela Pensa

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