viernes, 26 de julio de 2013

¿Cómo funciona la mente de un fondista? Cuando yo era pequeño y mi práctica deportiva no pasaba del baloncesto extraescolar escuché por la televisión una idea que quedó dentro de mí, creo que para siempre: “La mente debe abstraerse en para continuar adelante”. Parece algo muy abstracto, pero no lo es, si tenemos en cuenta que quienes las pronunciaban ante los micrófonos eran Abel Antón y David Meca. Intentaré resumir, como debe actuar la cabeza en el caso de deportistas de largas distancias para conseguir una mejora de rendimiento y evitar problemas ocasionados por la falta de mentalización. Todo ello en dos partes: La mente antes de la carrera y durante la misma. La mente antes de la carrera Los deportes a los que intentamos referirnos, requieren básicamente esfuerzos individuales y a largo plazo. Nadie puede pretender preparar una maratón en 15 días. Como tampoco se debe depender de un compañero o amigo para salir a correr. Estos dos factores deben ser compensados con una motivación inquebrantable. Tener claro el objetivo y conocer los pasos que se deben dar hasta llegar a él con éxito te ayudarán a ello. En segundo lugar, este periodo debe servir para completar un buen conocimiento sobre nosotros mismos y nuestro cuerpo. Esto podemos extrapolarlo a casi todas las facetas de la vida. Factor clave conocer nuestros límites y puntos débiles, así como los terrenos donde destacamos. Y por último, será necesario asumir que el camino no será sencillo. Como ya he dicho, un triatlón o una carrera de 200 Kilómetros en bicicleta, se prepara en varios meses. Debemos asimilar que correremos bajo la lluvia, nadaremos con frío o pedalearemos con el viento en contra. He podido comprobar que la mente, disfruta hasta cierto punto de ese sufrimiento. Mentalidad durante el esfuerzo Ha llegado el día y estamos dispuestos a poner a prueba nuestro físico, pero sobre todo nuestra mente. Respetemos el orden que dictan los grandes, levantas de la cama y tu cabeza debe ir enfocada hacia dos aspectos: controlar los nervios y observar el reto con mentalidad positiva. Cada persona es totalmente diferente a la hora de afrontar este estado. Como ya hemos dicho: Autoconocimiento es la clave. Este “lastre” de ganas e impaciencia será suplido en la línea de salida por un repaso a la estrategia diseñada y una concentración en ella. Y por fin llegamos a las sensaciones no tan agradables. La prueba está llegando a su fin. Normalmente no te suponen nada esos 10 Kilómetros pero hoy te parecen un mundo. En mi caso, abstracción es la llave que abre esa puerta. Nuestra mente es capaz de bloquear el resto del cuerpo en condiciones extremas como las que estamos viviendo. Hay que evitarlo a través de la distracción. Hasta ese momento servían los gritos de ánimo y las arengas de los compañeros. Ahora hay que olvidar todo ello. Desvías la atención, repasas todo lo que hiciste el día anterior, la letra de la canción que suena en tus auriculares o la receta de tu postre favorito. Da igual, durante esos tres o cuatro minutos tus piernas han hecho los kilómetros sin darse cuenta. En definitiva, la mente es extremadamente compleja, pero se la puede engañar. Al propio David Meca le he escuchado decir que es difícil establecer un punto límite para el esfuerzo de nuestro cuerpo. Porque nuestro poder sobre los pensamientos son capaces de variarlo.

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