jueves, 14 de agosto de 2014

Deportología: Las posibles consecuencias negativas de tomarse un descanso prolongado A veces nos encontramos algo saturados por la actividad, y descansar puede venir bien. Pero un descanso prolongado puede traer consecuencias negativas en el estado de ánimo. Llega un momento del año en el que, luego de haber entrenado constantemente, quizá evaluemos la necesidad de tomarnos algunas semanas de descanso. Se suele pensar que, aparte de la recuperación física, también nuestra mente se liberará un poco y podríamos sentirnos mejor con este reposo.Pero quizá las cosas funcionen de la manera contraria y el descanso, en lugar de relajarnos, nos produzca mayores tensiones. Un estudio titulado Committed Exercisers And Exercise Deprivation: The Relation of Biochemical Mark, que se propone estudiar el efecto de la privación del ejercicio en personas que se ejercitan habitualmente, se analizó a un grupo de corredores y triatletas a los que se forzó a descansar de sus entrenamientos durante dos semanas. Se evaluaron parámetros afectivos del humor, y algunos marcadores bioquímicos para ver qué les pasaba durante el receso. Luego del descanso, los atletas tuvieron mayores sentimientos de tensión, depresión, ira, confusión y una perturbación total del estado de ánimo. Los motivos de estos profundos cambios en el estado de ánimo pueden estar ligados al cambio brusco de rutina y al hecho de que muchas veces el ejercicio funciona como un efecto desestresante. Además, los neurotransmisores que se activan y generan bienestar durante la práctica deportiva dejan de suministrar esa sensación placentera en el período de descanso. De hecho, se midieron principalmente dos neurotransmisores (andamida y betaendorfina), que juegan un papel importante en la alegría del corredor. Hay entonces, cambios de humor psicológicos y alteraciones en las sustancias químicas que ayudan a guiar esos estados.Por esto, hay que analizar bien el tiempo de descanso de la actividad, si es que uno está ya habituado al entrenamiento. No sólo se trata de un asunto físico, sino químico y psicológico. Esta es la razón por la que se recomienda que, en lo posible, cuando haya una lesión se concurra a un profesional médico que esté relacionado con el deporte (si es con el running, mejor aún), ya que sabrá entender estas particularidades y no reducirá el tratamiento al simple reposo, que quizá pueda ser beneficioso físicamente (no siempre es la mejor opción, tampoco), pero podría conducir a cambios negativos en el estado de ánimo. Fuente: Science of running

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